Desde la biblioteca digital del I.S.E.S Biblioises para todos Nota A 184 2 Octubre - 2014 Por: Sergio Pellizza

06.10.2014 14:04

Este es un espacio cedido por La Opinión Austral desde hace más de siete años para aproximarnos a usted, Sr. Lector, e invitarlo a compartir el buen uso de las nuevas tecnologías, informática, Internet, como un medio de apoyo a la docencia, como una eficaz herramienta para ayudar desde la labor educativa salesiana en este vital proceso del “saber ser, sabiendo hacer.

Los sueños y la realidad de los cambios

Una historia imaginaria. Cualquier semejanza con alguna realidad es una simple coincidencia

Había una vez un pueblo lejos de todas partes y cerca de ninguna donde sin saber porque, algunos decían que había que globalizarlo, otros simplemente  entendieron que había que cambiar el pueblo. Nunca pudieron precisar de dónde vino la idea original.  No fue la voz de uno de los candidatos de las próximas elecciones. Tampoco surgió de los artículos de opinión del periódico local, ni de los encendidos discursos del Intendente.

La idea del cambio se instaló entre los vecinos que comenzaron a imaginar un pueblo diferente. No faltaban razones para proponerlo: una prolongada historia los había sostenido desde siempre, pero en los últimos tiempos la  partida de muchos jóvenes,  a estudiar a universidades lejanas, carreras ya saturadas de profesionales con la misma competencia, ignorando las buenas ofertas educativas que había en el lugar. Comenzó a sorprender el regreso de esos jóvenes  con varios y costosos años invertidos y sin resultados obtenidos. Se suponía  que el nivel académico en las grandes ciudades era mejor. Se ignoraba   la potencialidad de las fuentes productivas locales. Sí, todos hablaban y hablaban del  agotamiento de las instituciones, y se  fueron sumando opinologos  para definir  que el pueblo no tenía  educación ni futuro.

Muchos se apropiaron de la idea pero cada uno fue construyendo con ella su propio mundo de sueño: para algunos el cambio debía venir de  las autoridades municipales porque para eso habían sido elegidas y era una de las incumplidas promesas electorales; para otros, los cambios debían producirse por la directa intervención del gobierno provincial, ya que no solamente manejaba los recursos, sino que además disponía de mayor información y podía  transferir alguna experiencia favorable de otras  poblaciones; no faltaban los que reclamaban la intervención contratada de técnicos especialistas,  de universidades extranjeras de prestigio y con ellos diseñar un pormenorizado estudio de factibilidad de transformación estructural del pueblo; algunos atrevidos comenzaron a hacer circular algunos proyectos que ellos mismos habían diseñado o que había copiado de ciudades lejanas que nada tenían que ver con la propia …….De pronto  surgió una voz más fuerte de una señora ciudadana que dijo llamarse  “Sra. Comunidad Educadora” y dijo lo siguiente:

Sobran palabras y faltaban acciones, mientras el tiempo se está  llevando las buenas intenciones y comienza  a aparecer el juego de los intereses.

Entiendan que el pueblo seguirá igual y empeorará, envuelto en la niebla de un invierno riguroso. El único cambio real es el discurso sobre el cambio: un nuevo entretenimiento que no impedirá  que muchos se vayan, que los negocios trabajaran poco y mal, que escasee  el trabajo y que cada uno se refugie en la defensa de sus propios intereses.

La discusión sobre el cambio se fue llevando el cambio mismo y casi hace naufragar al pueblo perdido y olvidado.

 Milagrosamente se produjo una lenta resurrección: buenos vecinos, gente de buena voluntad, ciudadanos honrados – desprovistos de cualquier interés particular y sólo interesados en el bien de todos – se convocaron, se reunieron y fueron definiendo un cambio a la medida de sus posibilidades: sustituyeron con iniciativas  reales y con acciones concretas los discursos huecos; supieron que se trataba de un largo camino y de un prolongado esfuerzo... pero lentamente el pueblo entró en un cambio efectivo del que fueron contagiándose los vecinos de todos los sectores y de las más variadas clases sociales... El cambio que había partido del lugar exacto y sostenido por el consenso necesario, finalmente llegó hasta las autoridades  y las conducciones sindicales que observaron  sorprendidas las acciones de los  sencillos habitantes del pueblo, capaces de hacer tanto con tan poco. Y el atrevimiento los llevó a muchos a imaginar que el cambio, en ese  pueblo,  podía conducir también acompañado por la “Señora Comunidad Educadora”, a  la transformación de  las formas de  representación y de gobierno,  y de las prácticas políticas...

Por suerte nuestra “Señora  Comunidad Educadora” dispone de un tren del futuro educativo esperando en su estación y que pronto llegará también a ese pueblo que queda lejos de todas partes y cerca de ninguna… 

 Nos  gusta imaginar nuestra cooperación   como un  tren con vagones cargados de miles de artículos, libros digitales, videos educativos etc.; que compartimos desde el saber que la solidaridad cuanto más se comparte mas se potencia. Es así que ya compartimos esta tarea con la Escuela Industrial Nº4 José Menéndez. Hace muy poco, presentamos nuestra  página web en construcción.  Son los estantes virtuales donde iremos colocando de a poco nuestro banco de datos que recolectamos seleccionando lo mejor de internet desde hace más de 12 años. Su  dirección en la red Internet es: www.biblioises.com.ar. Aun no está habilitada totalmente, llevamos subidos más de 2500 archivos y estamos trabajando en subir muchos más. Además ya contamos con más de 10.000 visitas que están comenzando a descubrirnos.

Es  una fuerte voluntad esperanzadora de hacer con casi nada una gran tarea. Es lo que exige el momento de este complejo hoy. Uso en significancia plena de la optimización. Estamos parados firmemente en el “sí se puede”,  con lo que tenemos y con ewso hacemos.

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